En consulta, casi a diario, me encuentro con personas que acuden con un autodiagnóstico de lo que les sucede. Ahora mismo me viene el caso de Gabriel a la cabeza.
Os cuento el caso:
Gabriel acude a consulta con intenso malestar tras romper con su pareja. Verbaliza que tras haber visto las redes sociales padece Trastorno límite de la personalidad porque es incapaz de mantener relaciones estables, refiere sentir sentimientos de vacío tras cada ruptura, presenta atracones para aliviar este vacío, además refiere sentirse abandona, con presión en el pecho, dificultades para conciliar el sueño, relaciones inestables, episodios de ira y llanto, abandono de actividades placenteras por no sentir placer al realizarlas. Refire tener atracones especialmente por la noche. Además comenta dificultad para concentrarse en clase y por consiguiente bajo rendimiento académico con un aumento de asignaturas suspensas. Comenta que no tiene ganas de arreglarse para ir a clase y antes sí. Refiere sentirse sola a pesar de tener a familiares y amigos que le apoyan pero se siente culpable porque no le apetece estar con ellos y a la vez siente enfado porque no le respetan que quiera estar sola.
Antes de seguir con el proceso de entrevista, le pregunto que ¿De donde sale ese diagnóstico? Y me reafirma que a través de las redes sociales mediante videos de influencer. Además de buscar en internet.
A continuación le doy la indicación de que me diga ejemplos en su día a día donde se presenten algunos de los síntomas que describe anteriormente, por ejemplo, situaciones en las que quiere estar sola o situaciones en las que tiene dificultad para controlar la ira.
Le comento a modo explicativo, que estar tristes no implica tener depresión ya que la depresión engloba muchos más síntomas. Empatizo con el estado de ánimo que presenta y le comento que la etiqueta de Trastorno límite de personalidad no explica su comportamiento. Lo que sí explica su -comportamiento es SU HISTORIA DE APRENDIZAJE.
Gabriel no entiende lo que es Historia de aprendizaje y le explico con ejemplos:
– Ser hija única de un padre y madre cuyos puestos de trabajo exigen autoridad y control.
– Cuando Gabriel tiene dificultades para controlar la ira porque le pega un puñetazo a la pared y en lugar de tener una reprimenda le dicen “que no pasa nada, que está todo bien”
– Cuando Gabriel tiene dificultades para dormir pero se acuesta tarde y con el teléfono móvil en la cama a pesar de que al día siguiente tiene clase.
– El pensamiento de que algún día me van a abandonar es aliviado con atracones de comida evitando la autoreflexión de su conducta y análisis de su hacer en el día.
Y por tanto yo como terapeuta me pregunto ¿qué aprende Gabriel?
Gabriel no es una etiqueta de Trastorno Límite de Personalidad.
Gabriel es Gabriel con todo sus aprendizajes, con toda su HISTORIA DE VIDA.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.